¿Alguna ves has estado en Bellas Artes por la tarde y te has encontrado con un personaje caracterizado de la época del Virreinato? Así comenzó nuestro recorrido, al rededor de las 4:45 pm en un punto muy concurrido de la ciudad de México, la explanada de Bellas Artes; sin saber a quien debía dirigirme logré ver a lo lejos a alguien con un traje de aquella época.
Con voz fuerte, determinante y alargada dirigió estas palabras: "Recorrido de leyendas y cantinas, comenzamos en 10 minutos". Más de uno lo notaron, la gente se acercó y preguntó.
Pasando estos 10 minutos, comenzó nuestro pequeño grupo a caminar por las calles del centro histórico de la ciudad, a un ritmo constante y rápido, llegamos al primer destino, La Casa de los Azulejos, ¿por qué nos detuvimos ahí? nuestro guía nos ha explicado los detalles... Y así continuamos hasta llegar a la cantina "Bach", historias de zapatistas y villistas no se hicieron esperar, además de la degustación de bebidas preparadas con un toque tradicional mexicano: tequila y mezcal.
Una parada intermedia para complementar una gran comida mexicana fue en la "Dulcería de Celaya", donde encontramos ricos y tradicionales postres, además de sus coloridas presentaciones que mantienen un aspecto muy colonial unido a la arquitectura de tan bello lugar.
Nuestra segunda parada: La cantina más antigua de la cuidad, "La Potosina" que desde 1874 ha estado ubicada en el mismo sitio, y donde no sólo personajes nacionales alguna vez estuvieron, sino también algunos de la revolución de Cuba: Che Guevara y Fidel Castro. Así continuamos hacia "La Faena", la cantina-museo, donde la fiesta taurina se hace notar, una rica botana y la bebida estelar, ron y cerveza; historias varias de esta tradición también mexicana.
La cuarta visita: el salón "Mancera", la cantina más elegante que podemos encontrar, dedicada a los banqueros en la historia de nuestra ciudad. Y por último, debido al tiempo terminamos con la cantina "Buenos Aires", donde el ambiente, la música y la comida lograron que nuestra tarde cerrara con broche de oro. Al final el pequeño grupo que comenzamos el recorrido, intercambiamos nuestro Facebook y platicamos sobre nuestras bebidas favoritas y lugares que conocemos en la cuidad.
Un recorrido en el que sin duda alguna pasamos momentos únicos, momentos especiales.
Atrévete a conocer nuevos amigos en los rincones de la ciudad, cada uno tienen una gran historia que contar.
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